Carta Abierta para Universidades, Museos, Asociaciones de Historia, Editoriales, Departamentos de Historia, Ciencias Sociales, Archivos y otras organizaciones culturales afines

por redacción Revista étnica |


El martes, 27 de agosto de 2024, el Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico auspició la conferencia “ ENTRE LA ESCLAVITUD Y LA RESISTENCIA: EL NEGRO EN EL CIRCUNCARIBE, SIGLOS XVI Y XVII”, a cargo del Dr. Luis R. Burset Flores, profesor invitado de la Universidad del Sagrado Corazón. La conferencia forma parte de un ciclo de conferencias auspiciadas por el Museo y la Fundación Mellon. Otros títulos de la serie son “LA ESCLAVITUD ILUSTRADA EN PUERTO RICO, SIGLO XVIII” (23 de septiembre) y “EL MAJESTY: ÚLTIMO BARCO NEGRERO EN PUERTO RICO, SIGLO XIX” (22 de octubre).

Por este medio, las organizaciones firmantes le hacemos un llamado a todas las instituciones, asociaciones, organizaciones y gremios que trabajan con la divulgación o preservación de la historia de la esclavitud en Puerto Rico y las Américas a que desistan de continuar utilizando (en conferencias, escritos o exhibiciones) terminología que equipare la palabra “negro” con “esclavitud” o frases o posturas que describan la esclavitud como “benévola” o “ilustrada”.

Las palabras importan. Sus significados parten de acuerdos culturales y proyectan cosmovisiones sobre el mundo que nos rodea y sus relaciones de poder. Las potencias europeas que intentaron cosificar a millones de personas esclavizadas extraídas de África durante el periodo de la esclavitud, les quitaron sus nombres y así su vínculo con familia y lugar de origen para venderlos como una mercancía a la que llamaron “negros” y “negras”. “Negro” pasó a significar “cargamento”, mercancía carente de lazos nacionales, idioma y cultura. La identidad de estas personas y de sus descendientes quedó reducida a procesos de racialización deshumanizantes que homologaron “negro” a ser “esclavo”. Las prácticas discursivas asociadas a este régimen deshumanizante, consignadas en los archivos y en los documentos producidos durante el periodo de la esclavitud transatlántica, reflejan esta misma lógica.

Celebramos que, como resultado de las militancias antirracistas, “negro,” “negra” y términos identitarios derivados hoy se asumen por muchas y muchos con orgullo y en afirmación de nuestra afrodescendencia. Sin embargo, cuando

historiadores y estudiosos de la época de la esclavitud utilizan “negro” como sinónimo de “esclavo”, equiparan una identidad racial a un estatus impuesto, confiriéndole un significado esencialista a dicha adscripción. Al ser un vocablo masculino, también invisibiliza la participación de mujeres esclavizadas en nuestra historia. Por otra parte, el uso del término “negro” como sinónimo de “esclavo” ignora la gestión de miles de personas afrodescendientes que lograron obtener su libertad y vivieron como personas libres durante el periodo de la esclavitud.

Estos y otras frases derivadas, como “barcos negreros” (para barcos esclavistas), trata negrera (para trata esclavista) o “el tema negro” (para referirse al tema de la esclavitud), ubican la fuerza semántica sobre lo que se asume como mercancía masculina, mientras se invisibiliza y se evade la práctica misma de esclavizar a nuestros ancestros y ancestras. En lugar de equipararles a la esclavitud, sería otra la historia si habláramos de las personas negras esclavizadas desde el marco referencial de las prácticas de resistencia y afirmación que abrieron caminos de cimarronaje hacia la abolición. La conferencia, según anunciada, prometía hacer esto, pero se quedó muy corta al no considerar la gran cantidad de investigaciones recientes sobre este tema, y dedicarle menos tiempo. El conferenciante además indicó que era cuestión de “sentido común” que no se maltrata tanto al esclavo por ser un recurso productor de trabajo, reproduciendo la argumentación obsoleta de la “esclavitud benévola”. Así mismo, el uso constante de la palabra esclavo o esclava esconde el hecho de que estas personas fueron esclavizadas por un sistema opresor, posibilitando que discursivamente se entienda dicho estatus como una esencia de su naturaleza y no como una condición impuesta por la fuerza.

Hacemos un llamado urgente a historiadores, historiadoras y a todas aquellas instituciones dedicadas a la divulgación o preservación de la historia de la esclavitud en Puerto Rico y en las Américas a que adopten políticas y códigos de ética profesional antirracistas. Les pedimos que, en ánimo de sumarse a reparaciones históricas que se hacen en el mundo entero, exijan que sus colegas, conferenciantes invitados, proponentes, editores y usuarios de servicios utilicen palabras, frases alternativas y acercamientos críticos recomendadas por especialistas antirracistas internacionales, especialistas decoloniales y por la teoría crítica de

estudios raciales. Les invitamos a tomar acciones que trasciendan las conversaciones de pasillo. Establezcan políticas claras sobre este asunto como parte de un compromiso que motive a que las personas que no han reflexionado sobre esto cambien su discurso para cumplir con los principios éticos de su organización y prevenir que se siga normalizando lo que no es aceptable.

Si bien es cierto que el rigor de las prácticas de investigación exigen la documentación de las evidencias del archivo histórico, esto no implica que se deban repetir sus lógicas discursivas. Evitemos reproducir pasadas prácticas intelectuales que no cuestionaban el racismo sistémico ni epistemológico de los discursos históricos reduciendo el tema de la afrodescendencia a los estudios de la esclavitud, el folclor o el subdesarrollo social. Exijamos prácticas éticas que cuestionen y se distancien de las lógicas eurocéntricas, patriarcales, racistas y coloniales que permean la construcción de archivos “oficiales”. Se puede aprender del récord histórico a la misma vez que señalamos los silencios y cuestionamos las categorías semánticas y cosmovisiones de los que tuvieron el poder para producirlo y preservarlo.

De igual manera, hay quienes todavía piensan que la acciones de los esclavistas no pueden juzgarse a base de principios morales que se adjudican como contemporáneos. La esclavitud fue un atentado a la humanidad entonces y ahora. El sentimiento de indignidad no debe suprimirse partiendo de lógicas positivistas que protegen la “razón” y el distanciamiento emocional de los que se beneficiaron del sistema, mientras se niega la emoción de los descendientes de los que sufrieron su explotación y accionaron resistencia, cimarronaje y sublevación. No se es menos riguroso por sentir y hablar de nuestros ancestros y ancestras con compasión y respeto.

Luego de escuchar la primera conferencia del ciclo mencionado, al menos tres personas se levantaron indignadas por la perspectiva deshumanizante que marcó el discurso del conferenciante. Cuando se le cuestionó al respecto, este se limitó a escuchar y preguntar si había más preguntas.

Las organizaciones firmantes proponemos prácticas alternativas que promuevan el diálogo y la reflexión antirracista. Le solicitamos a la administración del Museo
de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico que dialogue con el conferenciante invitado, le pida que revise los títulos de sus ponencias, envíe una

nueva promoción de sus charlas y le solicite que corrija su uso despectivo de vocabulario al ofrecerlas. También invitamos al Museo, a la Universidad de Puerto Rico, al Instituto de Cultura Puertorriqueña, a la Asociación de Museos de Puerto Rico, a la Asociación Puertorriqueña de Historiadores e Historiadoras, a los distintos archivos de Puerto Rico, a nuestras comunidades e instituciones universitarias y agrupaciones antirracistas en Puerto Rico al desarrollo conjunto de un documento de “Políticas antirracistas para eventos, conferencias, exposiciones, investigaciones y cursos” que vele y presente opciones discursivas para reparar el racismo epistemológico aún presente en nuestras prácticas institucionales”. Estamos en la disposición de apoyar esta gestión urgente proveyendo un modelo. Ya es hora. Puerto Rico merece una historia que dignifique su afrodescendencia, libre de menosprecio, distorsiones, omisiones eurocéntricas y violencia lingüística.

 


Organizaciones firmantes:

1. AFROLegado
2. Brand Redevelopment and Advertising Venture (BRAAVE Tribu Collab)
3. Casa de la Cultura Dominicana
4. Casa Silvana
5. Centro de Investigación y Archivo Digital en Afrodescendencia (Centro PRAFRO) UPR Río Piedras
6. Centro de Estudios Puertorriqueños CUNY
7. Co-coordinación del Centro Universitario Para el Acceso
8. Colectivo Ilé
9. Concentración Menor en Estudios e Investigación Transdisciplinaria en Afrodescendencia UPR Río Piedras
10. Concilio Puertorriqueño Contra el Racismo
11. Dirección del Departamento de Literatura Comparada UPR Río Piedras
12. En Blanco y Negro
13. Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias UPR Cayey
14. Memoria (De)colonial
15. Movimiento Anansé, Inc.
16. Programa de Danza/ Escuela de Artes Diseño e Industrias Creativas, Sagrado Corazón
17. Proyecto Kokobalé
18. Puerto Rican Organization for the Performing Arts (PROPA)
19. Racial Equity Building Institute of the Americas (REBIA)
20. Taller Tambuyé
21. Tiznando: Visualidades y Representaciones - UPR Río Piedras